H.P. Lovecraft: El escritor fantasma

Se le llama escritor fantasma o negro literario a alguien que es contratado para escribir, pero sin recibir crédito público por ello. A cambio de una remuneración económica, los escritores fantasmas escriben cualquier tipo de texto, para que otra persona, en especial las celebridades y los políticos, puedan pasar como los autores de dicha obra.

A lo largo de la historia, ha habido muchos casos interesantes de escritores que han ganado premios o fama a costa de un escritor fantasma, quien al final muere sin ser reconocido. Hay negros literarios que no tienen ningún problema con ser anónimos, pues al fin y al cabo producir textos es su trabajo; pero hay quienes se sienten frustrados por no poder decirles a los demás que son ellos los genios detrás de la obra.

Lamentablemente, al final lo que gana es la mercadotecnia editorial, pues no es lo mismo vender el libro de una celebridad o de un escritor famoso, que el libro de “Fulanito Pérez”. Pero no todo en la vida de los escritores fantasmas es pura tragedia. También hay casos de negros literarios que terminaron siendo escritores exitosos con el tiempo.

Tal es el caso de Howard Phillips Lovecraft, un escritor fantasma que con el tiempo llegó a ser el gran innovador del cuento de terror: H.P. Lovecraft. Lamentablemente su éxito llegó después de su muerte, pero no por culpa de la sociedad que no le reconocía su talento, sino debido a los altos valores de Lovecraft.

Para él, la literatura y el dinero no deberían ir de la mano, lo consideraba indigno de la profesión de escritor; incluso en muchas ocasiones se negó a cobrarle a la revista Weird Tales por sus relatos. Por esa razón, vio la oportunidad de ser un escritor fantasma como una forma limpia de ganar dinero, aunque toda la vida tuvo fuertes necesidades económicas.

H.P. Lovecraft, el escritor (1890-1937)

Desde niño, a Lovecraft le gustaba frecuentar parajes extraños y apartados para dar rienda suelta a su imaginación. Recreaba situaciones históricas en pequeños detalles, que para el resto de las personas pasaban inadvertidos. A los dos años recitaba poesía, a los tres años ya sabía leer y a los seis o siete comenzó a escribir. A los trece años formó la “Agencia de detectives de Providence” porque le gustaba mucho el género policiaco.

Su abuelo materno lo alentaba a la lectura y le prestó varios libros de su biblioteca personal, entre ellos: Ilíada para niños, Las mil y una noches, y muchas obras grecolatinas que impulsaron a su temprana edad de cinco años a declararse ateo. Como tenía frecuentemente problemas de salud, asistió a la escuela hasta los ocho años. A los nueve dejó la escuela y regresó hasta los trece; pero cuatro años después volvió a abandonar la escuela.

No obstante, en casa se la pasaba leyendo libros con gran voracidad. Adquirió conocimientos de química y astronomía. Inclusive quiso ser astrónomo, pero como no entendía bien las matemáticas, no lo admitieron en la Universidad de Brown. Lovecraft se deprimió de tal manera que pensó durante un tiempo en el suicidio. Esto lo llevó a inclinarse por la literatura de terror.

El pensamiento humano es el espectáculo más divertido y más desalentador de la Tierra.

H.P. Lovecraft

Lovecraft comenzó a escribir relatos de ficción y de poesía (1908-1913), mientras vivía como un ermitaño y con poco contacto con el mundo exterior. Ya para 1917 tenía una gran lista de admiradores. Sus obras fueron altamente reconocidas por los grandes intelectuales, aunque su nombre era desconocido en su propia época.

Lovecraft se convierte en escritor fantasma

Lamentables acontecimientos familiares y la pérdida de la riqueza familiar lo obligaron en 1921 a abandonar la literatura, pues sus altos valores no le permitían cobrar por sus ya famosos y admirados textos. A partir de este momento comenzó a escribir pequeños encargos y a retocar textos de otros escritores menos talentosos que él.

Gracias a sus trabajos como escritor fantasma, se rodeó de grandes personalidades como Robert E. Howard, Clark Ashton Smith, Robert Bloch, Frank Belknap Long, August Derleth y otros más. Estos escritores admiraban tanto a Lovecraft que crearon un grupo llamado Círculo de Lovecraft, y gracias a este círculo, el nombre de Lovecraft pudo ser rescatado de la oscuridad y el olvido.

Un caballero no intenta darse a conocer, lo deja para los egoístas arribistas y mezquinos.

H.P. Lovecraft

Aunque seguía siendo escritor fantasma, en 1927 comenzó a escribir cuentos y novelas firmados por él. Cobraba muy poco o casi nada por sus obras, él tenía el sueño de ser cultivar la literatura para su propio deleite, y se le hacía aberrante cobrar por dicho placer.

Murió muy joven, a la edad de cuarenta seis, y siempre rodeado de miseria y pobreza; pero de amigos y admiradores personales de su gran calidad literaria. Después de su muerte, el Círculo de Lovecraft se encargó de distribuir sus obras, y escribieron innumerables ensayos donde trataban de interpretar los símbolos que inundaban las obras de Lovecraft.