Este tierno conejito es el protagonista de una serie de libros para niños, creados por la escritora Beatrix Potter. Es fácil reconocerlo por su abriguito azul y sus zapatillas. El primer libro en el que apareció fue en El cuento de Perico, el conejo travieso.
En esta serie de libros, aparecen distintos animales antropomórficos que poseen la apariencia y el comportamiento de animales reales con instintos de animales reales; y las ilustraciones, dibujadas por una artista con una mentalidad científica, pueden ser en apariencia tiernas e ingenuas, pero son anatómicamente correctas.
Gracias a las aventuras de Peter Rabbit, la imagen de niño bueno de la época se vio alterada por este conejito desobediente y rebelde. Hasta la fecha, Peter Rabbit se ha traducido a 36 lenguas, y se ha vendido 45 millones de copias, convirtiéndose en la serie de libros más vendida de todos los tiempos.
Beatrix Potter, pobre niña rica
Helen Beatrix Potter (1866-1943), fue una escritora, ilustradora y fabulista de la literatura infantil. Ella nació en una familia acomodada, producto de herencias y no del trabajo: donde su padre, un abogado, se la pasaba la mayor parte del tiempo en clubes de caballeros; y su madre, sólo se dedicaba a hacer y recibir visitas.
Tanto Beatrix, como sus hermanos, fueron educados por niñeras e institutrices. Ella quería estudiar botánica y ser una mujer independiente, pero ni con todas las influencias de su familia pudieron aceptarla en los Reales Jardines Botánicos en Kew, debido a que no se aceptaban mujeres.
Potter, sin opciones por ser mujer
Beatrix no se rindió y estudió ella sola en su casa. Fue una de las primeras personas en sugerir que los líquenes eran una relación simbólica entre los hongos y las algas. Trató de publicar su descubrimiento, pero de nuevo recibió el rechazo por ser mujer. Uno de sus tíos, tomó el trabajo y leyó la investigación ante la sociedad científica; gracias a esta ayuda, pudo convertirse en una persona conocida y respetada en el ámbito de la Micología. Sin embargo, no fue sino hasta 1997, cuando la Sociedad Linneana de Londres editó un desagravio póstumo por la manera en que fue tratada por la comunidad científica.
Gracias a que tenía mucho tiempo libre, ella ocupaba su tiempo dibujando y creando historias sobre pequeños animales que introducía furtivamente en la casa o que veía durante las vacaciones familiares en Escocia. Y luego leía estas historias en alguna reunión como entretenimiento.
Edición privada
En una ocasión, se le ocurrió escribirle un cuento a un niño de cinco años, que era hijo de su antigua institutriz, Annie Carter Moore. La historia le salió tan bonita, que fue animada a publicarla, pero lamentablemente fue rechazada por siete editoriales. Algunos editores querían un cuento más corto, otros más largo, y muchos querían ilustraciones a color, porque era lo que más se demandaba entre las publicaciones infantiles. Frustrada, en 1901, ella sola editó el libro y mandó imprimir 250 copias para que sus amigos y familiares pudieran repartirlos.
Uno de sus amigos, que además era poeta, Canon Hardwicke Rawnsley, trasladó el cuento de Potter a verso, y junto con las ilustraciones de Potter, mandó su nueva versión a la editorial Frederick Warne & Co. Los editores de Warne rechazaron esta versión, pero inclinados por las atractivas ilustraciones, pidieron ver los cuentos originales.
Después de revisarlos, estaban totalmente convencidos en publicar los cuentos de Potter, siempre y cuando les entregara las ilustraciones a color. Después de mucho protestar, pues ella prefería las ilustraciones en blanco y negro, aceptó ponerle color a sus dibujos y a reducir el número de sus cuentos: de 42 a 32 cuentos.
Pero ella por su lado, siguió imprimiendo su edición privada de 42 cuentos con ilustraciones en blanco y negro, sólo para vender entre familiares y amigos.
Los cuentos de Beatrix Potter fueron tan bien recibidos por el público infantil, que ella pudo crear su propia fortuna gracias a los ingresos de sus propias ventas. Potter, escribió 23 libros en total, los cuales fueron publicados en pequeño formato, para que los niños pudieran leerlos y manejarlos fácilmente.
Gracias a las regalías de sus libros, y a la herencia de sus padres, compró grandes extensiones de tierra, y dedicó su vida a una granja de ovejas en Lake District (Inglaterra).
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